Santo Domingo.- En el esquema de desfalco al Seguro Nacional de Salud (SENASA) se identificaron dos modalidades principales de fraude. La primera consistía en un call center que autorizaba procedimientos médicos a pacientes que no los necesitaban ni los habían solicitado. La segunda, involucraba a una cadena de farmacias que realizaba reportes falsos de ventas de medicamentos a nombre de afiliados cuya cobertura anual aún no se había agotado.

Las investigaciones revelaron los nombres de varios médicos y prestadores de servicios de salud presuntamente involucrados, quienes serán interrogados por la Procuraduría General de la República como parte del proceso judicial en curso.

En cuanto a los afiliados afectados, El Día tuvo acceso al testimonio de una de las víctimas, quien relató al equipo de prensa que, al revisar su historial de consumo, descubrió un cargo de RD$1,817.00 por medicamentos que nunca compró.

Al comunicarse con la farmacia para reclamar, y tras amenazar con llevar el caso ante las autoridades, un empleado admitió la irregularidad y le ofreció reembolsar el monto ficticio, entregarle cinco mil pesos en efectivo y proporcionarle medicamentos prescritos de por vida.

"Me cobraron médicinas que nunca compré".

Este hecho confirma los esquemas de fraude del que eran víctimas los usuarios del SENASA, expuesto en el informe de la Unidad Antifraude del Gobierno, quien entregó los hallazgos el pasado sábado a la Procuraduría General de la República.

Uno de los esquemas consistía en que la data de los afiliados al SENASA fue utilizada para orquestar fraudes millonarios sin que los propios asegurados se dieran cuenta.

La reconocida cadena de farmacias utilizaba la información personal de los afiliados para registrar autorizaciones falsas de medicamentos.

El modus operandi consistía en identificar a los afiliados que no habían consumido la totalidad de su cobertura anual de 12 mil pesos para medicamentos. A estos se les descontaban montos de hasta tres mil pesos de forma fraudulenta, sin realizar ninguna venta real.

La operación se ejecutaba justo antes de que expirara el plazo para utilizar el beneficio, aprovechando que esos fondos no son acumulables y se pierden al finalizar el año calendario.

Este tipo de fraude se sustenta en que los afiliados tienen derecho a consumir hasta 12 mil pesos al año en medicamentos prescritos por médicos, pero bajo la condición de que el monto no es acumulable. Es decir, si no se utiliza durante el año correspondiente, se pierde y el saldo vuelve a iniciar desde cero al comenzar el siguiente año.